Un Servicio de Emergencia como es un cuerpo de bomberos, debe contar con una organización operativa perfectamente establecida, para ello es esencial disponer de una escala de mando suficientemente dimensionada al tamaño y competencias del Servicio.
Aunque es algo obvio, conviene aclarar para qué se necesita una escala de mando. Las emergencias, como cualquier otro negocio, necesitan de alguien que tome decisiones, por tanto tiene que haber un responsable para tomarlas y para responder de esas decisiones. Cuando el negocio (emergencia) es pequeño suele ser suficiente con que esas decisiones recaigan en una persona, así una dotación estándar de cinco bomberos (4+1) es suficiente con que uno sea el mando, pero si el negocio aumenta y confluyen dos dotaciones debería haber un mando para coordinarlas más dos mandos para dirigir a cada equipo y así sucesivamente. Esto aun siendo obvio, se descuida en muchas organizaciones de emergencia y al final conculcan un principio básico, el mando único, las dotaciones que concurren en un gran siniestro, en el mejor de los casos se ponen mas o menos de acuerdo entre los mandos intermedios, pero al final cada una trabaja por su cuenta y riesgo y no existe un responsable real de lo que está pasando; todo ello con el agravante que supone el trabajo en emergencias, en las que no hay tiempo suficiente para desarrollar una exhaustiva planificación y puesta en común de las decisiones a tomar. Tampoco vale lo que sucede en algunos sitios con esto de la emergencia, cogen a un funcionario, le dan unos cursos con el power-point, ve algunas fotos de incendios y accidentes, memoriza los planes de protección civil y listo, lo sueltan e ejercer, nada menos que el mando, la dirección y control de siniestros, cuando se encuentra con el primer "cacao serio" se le caen los palos del sombrajo y queda totalmente superado por la situación; yo lo he vivido en varias ocasiones.
Tanto políticos como sindicatos priorizan el crecimiento de las plantillas al desarrollo de la cadena de mando, hay que tener muchos bomberos y tirárselos al siniestro con camiones nuevecitos y desde parques de lujo, a ser posible (cuando hay dinero para inauguraciones), luego vemos en intervenciones gente con casco corriendo de un lado a otro, normalmente muchos encima del fuego y pocos o ninguno bombeando agua, en definitiva desorganizados; curiosamente en muchos casos la lectura que se hace cuando la cosa sale mal es que los Jefes son malos y que hacen falta más bomberos, se trata de solucionar el problema con dinero, cuando en la mayor parte de los casos es una cuestión de organización y falta de liderazgo. Posiblemente junto con la falta de formación, entrenamiento y procedimientos, la escala de mando precaria y mar formada, suele ser una de las carencias más acusadas en los servicios de bomberos.