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lunes, 25 de agosto de 2014

WILDFIRES: AMERICAN WAY / EUROPEAN WAY

Los últimos años en servicios de bomberos europeos, se han estado introduciendo fórmulas de lucha contra los incendios forestales propias de Estados Unidos. Estamos de acuerdo con que el Servicio Forestal de EE.UU. lleva años trabajando en el tema, poseen muchísima experiencia y técnicos de primer nivel, conocen el monte y se dedican a el todo el año; todo esto es indudable, pero creo que, aun existiendo puntos en común, estamos intentando encajar dos realidades diferentes.

En EE.UU. hablamos de ingentes superficies forestales, gran cantidad de recursos destinados a la extinción, en buena parte basados en cuadrillas manuales y en un sistema muy eficiente de despliegue y organización de los recursos (ICS) en busca de la ventana de oportunidad para controlar el gran incendio.

Todo esto es cierto, pero al mismo tiempo, creo que se trata de un despliegue lento y pesado, que tiene que sacrificar amplias extensiones forestales en aras de garantizar un éxito en la extinción sin arriesgar la vida de los intervinientes, algo que desgraciadamente no siempre se consigue.

En Europa, al menos en mi país, cada hectárea de arbolado, por escasa, posee un valor incalculable, las extensiones forestales son mucho menores y a demás se encuentran entrelazadas con vías de comunicación y núcleos rurales y urbanos. La emergencia forestal en la mayoría de Servicios europeos es una competencia de los Cuerpos de Bomberos que poseen un despliegue ordinario sobre el terreno que en muchos casos se complementa en época de peligro con una contratación adicional de personal forestal; se trabaja esencialmente con agua y la rapidez del despliegue es mayor, en definitiva se desplazan menos recursos más rápido y la filosofía viene siendo el ataque directo en un estadio inicial de desarrollo, todo ello apoyado en un sistema de detección y alarma igualmente denso y ágil.

El resultado son muchos conatos que no suelen superar las 10ha; el problema surge cuando no se puede controlar ese conato y el IF se convierte en un GIF, en estas circunstancias nos cuesta manejar una respuesta ampliada y es entonces cuando nos conviene adoptar fórmulas similares a las americanas.

Me preocupa que en lugar de adaptar la experiencia americana a los incendios europeos, estemos adaptando los incendios europeos a la experiencia americana.

miércoles, 20 de agosto de 2014

RESCATE EN ZANJAS II

1.- INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS

    Las zanjas, vaciados y taludes, son obras muy frecuentes dentro de la construcción, obras públicas, servicios, mantenimiento de infraestructuras, etc.; por tanto es lógico que la incidencia de siniestros en estas obras, sea mayor que en otras. Tienen una serie de características que las hacen especialmente peligrosas: son de rápida ejecución, al mismo tiempo suelen ser obras temporales, se van a rellenar en breve y frecuentemente se abren zanjas con escaso control y baja formación en medidas de seguridad, por último el tipo de accidentes a menudo acarrea la pérdida de vidas.

    Se realizan zanjas con finalidades variadas: realización de cimentaciones, canalizaciones de abastecimiento de agua, redes de drenaje y saneamiento, conducciones de gas, oleoductos, control hídrico y cableados eléctricos, esencialmente. La excavación de pozos vaciados y taludes, sin ser zanjas, poseen elementos comunes que pueden aplicarse en caso de accidentes, como es la realización de entibados; aunque en este trabajo nos centraremos en zanjas, trataremos de forma somera el caso de taludes y vaciados. 

    El uso de maquinaria pesada, en especial retro-excavadoras, acelera y facilita la ejecución de zanjas y dan una sensación falsa de seguridad ya que se pueden mantener estables durante mucho tiempo, los indicios de colapso pueden manifestarse a escasos segundos de que se produzca no dando tiempo a la evacuación y en muchas ocasiones no llegan a producirse estos indicios, lo que implica que incluso trabajadores con años de experiencia, estén confiados en estos trabajos y no tomen las medidas de seguridad aconsejadas en las diferentes reglamentaciones y normas existentes (“… llevo abierto cientos de zanjas y nunca había pasado nada…” afirmó uno de los trabajadores presentes en el accidente de la foto).

    En este tipo de accidentes, a demás de la alta incidencia y su elevado índice de mortalidad, tenemos que sumar la frecuencia de accidentes secundarios debidos a la exposición de personal al intentar el rescate precipitado de los atrapados en primera instancia, en la misma línea el empleo de la propia máquina (retro-excavadora) para liberar a la víctima, produce resultados nefastos.

El peso de la masa de terreno que puede caer sobre un trabajador, incluso en una zanja de apenas metro y medio, es mucho más elevado del que se piensa y a menudo las consecuencias son fatales.

    Con cierta frecuencia, los servicios de emergencia no disponen de material, conocimientos y entrenamiento suficientes para abordar este tipo de intervenciones, asumiendo rescates en condiciones muy precarias de seguridad.

viernes, 8 de agosto de 2014

LA FORMACIÓN DEL BOMBERO: TÉCNICAS PEDAGÓGICAS

Como comentamos en un anterior artículo, en emergencias en general y en bomberos en concreto, es imprescindible la formación para mantener al personal en un estado operativo aceptable. No recuerdo donde leí hace mucho tiempo, una estadística que decía que como media, un bombero de un servicio profesional tiene que intervenir con cierta demanda técnica de importancia, una de cada seis guardias, lo que coincide bastante con mi apreciación en más de 25 años de servicio, esto quiere decir que cada bombero, en el mejor de los casos, aplica una parte de sus conocimientos y habilidades una vez al mes, digo, en el mejor de los casos, porque puede ocurrir que ese bombero no tenga ninguna intervención relevante en seis meses y su compañero de otro turno, tenga diez; y digo que, una parte de sus conocimientos y habilidades, porque una intervención de relevancia puede ser un tráfico, un incendio de vivienda, un incendio forestal, un derrame químico..., pero nunca todos a la vez.

Queda claro pues, a cualquiera que analice someramente el problema, que la formación y el adiestramiento son ¡imprescindibles!, ahora bien, cuando hablamos de formación englobamos en el término cinco conceptos o cinco grandes grupos, a saber:
  1. F. Acceso
  2. F. Continua
  3. F. Reciclaje
  4. F. Especializada
  5. F. Ascensos
FORMACIÓN DE ACCESO
Denominada también de nuevo ingreso, en definitiva se trata de recoger a un ciudadano normal o un poco raro y preferiblemente joven y capacitarlo para "vestir de azul". A mi juicio, esta primera etapa en la vida profesional del bombero es la más importante y por tanto la formación ha des ser la mejor en calidad y en intensidad, de la misma va a depender en buena medida el futuro de la organización, los bomberos son los "ladrillos" con que se construye el Servicio y la formación de nuevo ingreso, constituye los cimientos.

Lo ideal es que un bombero se forme en dos o tres años, como cualquier otra Formación Profesional (mecánico, electricista, fontanero, etc.). En ausencia de una F.P. reglada es necesario recurrir a un proceso de selección que demande del aspirante unos conocimientos, habilidades y aptitudes físicas y fisiológicas acordes a los requerimientos de la profesión; seguidamente pasarían a realizar un curso selectivo, no inferior a nueve meses, superado el cual, tendremos un bombero novel.