Los últimos años en servicios de bomberos europeos, se han estado introduciendo fórmulas de lucha contra los incendios forestales propias de Estados Unidos. Estamos de acuerdo con que el Servicio Forestal de EE.UU. lleva años trabajando en el tema, poseen muchísima experiencia y técnicos de primer nivel, conocen el monte y se dedican a el todo el año; todo esto es indudable, pero creo que, aun existiendo puntos en común, estamos intentando encajar dos realidades diferentes.
En EE.UU. hablamos de ingentes superficies forestales, gran cantidad de recursos destinados a la extinción, en buena parte basados en cuadrillas manuales y en un sistema muy eficiente de despliegue y organización de los recursos (ICS) en busca de la ventana de oportunidad para controlar el gran incendio.
Todo esto es cierto, pero al mismo tiempo, creo que se trata de un despliegue lento y pesado, que tiene que sacrificar amplias extensiones forestales en aras de garantizar un éxito en la extinción sin arriesgar la vida de los intervinientes, algo que desgraciadamente no siempre se consigue.
En Europa, al menos en mi país, cada hectárea de arbolado, por escasa, posee un valor incalculable, las extensiones forestales son mucho menores y a demás se encuentran entrelazadas con vías de comunicación y núcleos rurales y urbanos. La emergencia forestal en la mayoría de Servicios europeos es una competencia de los Cuerpos de Bomberos que poseen un despliegue ordinario sobre el terreno que en muchos casos se complementa en época de peligro con una contratación adicional de personal forestal; se trabaja esencialmente con agua y la rapidez del despliegue es mayor, en definitiva se desplazan menos recursos más rápido y la filosofía viene siendo el ataque directo en un estadio inicial de desarrollo, todo ello apoyado en un sistema de detección y alarma igualmente denso y ágil.
El resultado son muchos conatos que no suelen superar las 10ha; el problema surge cuando no se puede controlar ese conato y el IF se convierte en un GIF, en estas circunstancias nos cuesta manejar una respuesta ampliada y es entonces cuando nos conviene adoptar fórmulas similares a las americanas.
Me preocupa que en lugar de adaptar la experiencia americana a los incendios europeos, estemos adaptando los incendios europeos a la experiencia americana.
Me preocupa que en lugar de adaptar la experiencia americana a los incendios europeos, estemos adaptando los incendios europeos a la experiencia americana.
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