La "Hoja Táctica de Primera Respuesta", es una guía rápida que pretende ayudar al Jefe de Intervención en su función de dirección y control del siniestro.
Es una guía pensada para un nivel de mando táctico, definido como el mando de una intervención que por su tamaño y /o complejidad, requiere de una sectorización y reparto de recursos con asignación de mandos de sector; supera las funciones de un nivel de mando operacional que asigna funciones y tareas mientras controla todos los aspectos de la respuesta inicial hasta la llegada de un mando superior.
Es una guía pensada para un nivel de mando táctico, definido como el mando de una intervención que por su tamaño y /o complejidad, requiere de una sectorización y reparto de recursos con asignación de mandos de sector; supera las funciones de un nivel de mando operacional que asigna funciones y tareas mientras controla todos los aspectos de la respuesta inicial hasta la llegada de un mando superior.
Así mismo, no está pensada para abordar estados avanzados de la respuesta táctica y mucho menos servir de guía en un nivel de mando estratégico, por eso la denominamos de "primera respuesta"; si la intervención empeora, los datos y acciones plasmadas en esta hoja de trabajo se trasladarán al Puesto de Mando Avanzado, donde servirán de partida para un desarrollo completo y con un grado mayor de apoyo al Jefe de Intervención (logística, planificación, información, comunicaciones, enlace y seguridad).
Se ha pretendido elaborar un documento que pueda aplicarse a cualquier tipo de intervención, por lo que los diferentes epígrafes tienen un carácter genérico; obviamente se pueden elaborar hojas tácticas específicas para cada intervención tipo, de forma que se ajuste mucho más cada uno de los apartados de que consta.
ESTRUCTURA:
En primer lugar, figuran los datos iniciales trasladados por la Central de Coordinación Operativa al Oficial de Guardia despachado en calidad de Mando Táctico, a una intervención que tenga potencial de desarrollo importante. Normalmente esta información es escasa y en muchas ocasiones poco fiable, pero si se dispusiera de abundante información, fiable, verídica y oportuna, puede plasmarse en el apartado destinado a EVALUACIÓN PRIMARIA. En la hora de activación, preferentemente debería constar la hora en que se solicito el servicio a la Central, ya que es un dato valioso para estimar el tiempo de evolución del siniestro.
En el siguiente apartado, se desglosan los medios propios activados y ajenos solicitados, en primer lugar el tipo de vehículos con un cuadro al margen para anotar si ya han llegado al lugar. También se deja un espacio para los recursos externos, de forma genérica los recursos policiales, sanitarios y en su caso forestales y un espacio para otros recursos como pueda ser: protección civil, compañía eléctrica, compañía de gas, transportista, etc.
Finalmente dentro de "medios" se reflejan los mandos a cargo de las dotaciones (alfas y bravos), mandos de nivel operacional superior (J.3), que se harían cargo de sectores y finalmente los mandos de nivel táctico que pudieran concurrir (J2), uno de los cuales será el Jefe de Intervención.
Continuamos con la EVALUACIÓN PRIMARIA (¿Qué está pasando?), tanto del escenario del siniestro en sí, como del entorno que pueda condicionar la intervención o verse afectado en una posible evolución. Esta evaluación comienza a la llegada al lugar, pero de camino podrá incorporarse información procedente de las dotación que van llegando o información actualizada de la Central. Se incluye en esta primera etapa de llegada, las acciones en curso que han tomado los diferentes mandos operacionales ya presentes en el escenario.
Fruto de esta evaluación primaria, debemos estimar la evolución previsible del siniestro, en especial aquellas situaciones de grave riesgo para el personal, desarrollo descontrolado del siniestro o de peligro inminente para víctimas potenciales, todo ello conducente a poder anticipar las acciones posteriores de nuestro Plan.
A partir de este momento, el Jefe de Intervención asume el mando y comienza a tomar decisiones, empezando por marcar la ESTRATEGIA GENERAL con la que comenzaría su actuación, independientemente de lo que se haya estado haciendo hasta este momento.
Toda estrategia general (en algunos documentos se la llama "Modo Táctico") se resume en, Defensiva, cuando pretende evitar la progresión del siniestro, Ofensiva, cuando las tácticas se encaminan a anularlo y Mixta, cuando es una combinación de las anteriores, dentro de este tipo, llamamos combinada cuando se utilizan estrategias diferentes en diferentes sectores y simultánea, cuando en un mismo sector empleamos una táctica ofensiva junto a otra defensiva (algo poco habitual).
Tomado el mando y declarada la estrategia, deberíamos realizar una COMUNICACIÓN INICIAL con la Central, solo datos importantes y por el canal asignado a la intervención, junto con esta primera información, es conveniente realizar una PETICIÓN DE MEDIOS (o anular medios en camino) incluso aunque no tengamos completo nuestro Plan de Acción, especialmente si los recursos a solicitar están lejanos, son de aproximación lenta o es complicado su posterior despliegue en el escenario.
Avanzamos en la planificación y para ello debemos marcar los objetivos y establecer un orden de prioridad (¿Qué puedo hacer?), especial atención debemos tener en el marco de la Prevención de Riesgos Laborales, en cuanto a la evaluación de los riesgos principales, así como de las medidas preventivas y correctoras, con frecuencia los objetivos marcados incluirán la asunción de un nivel de riesgo, por ello se incluyen en este apartado y no en la evaluación primaria, aunque, lógicamente se relacionan.
Continúa el documento fijando un CUADRO DE MANDO inicial que determina sectores y recursos asignados, como una primera respuesta a la pregunta de ¿Cómo voy a hacerlo? y ¿Con qué voy a hacerlo?.
En este cuadro táctico simple, figura en primer lugar el Jefe de Intervención, con un canal de comunicación "hacia afuera" con la Central (Canal de Zona) y un canal "hacia adentro" con los mandos en la intervención (Canal Táctico).
En eta primera fase, el JI deberá establecer un enlace con los recursos externos, velar por la seguridad, organizar la logística, gestionar la información, planificar la intervención e informar a los medios; obviamente una gran cantidad de funciones que deberá ir delegando en sectores físicos y funcionales, a medida que monte la estructura de mando.
Continuando con el cuadro de mando de esta respuesta táctica inicial, se contemplan los sectores de operaciones que estimemos posibles y necesarios en nuestro Plan, deberá asignarse un responsable en cada sector con el que comunicaremos a través del C. Táctico y al que se irán asignando recursos con los que comunicará a través de un Canal Operativo de su sector.
Estos sectores serán físicos, responden a un espacio determinado como pueda ser la facha A de una nave industrial o el flanco derecho de un incendio forestal; o bien a sectores funcionales, que realizan tareas que implican diferentes espacios, como pueda ser un sector dedicado al abastecimiento de agua, o de operaciones aéreas,... dentro de estos sectores funcionales, puede asignarse dentro de las funciones de apoyo al mando, un sector de seguridad, de logística, planificación, etc. dependiendo de las necesidades del JI.
Por último y para completar la pregunta de ¿Cómo hacerlo? y ¿Cuándo hacerlo?, se dispone de un espacio para reflejar las opciones tácticas a implementar, especificando en la medida que sea necesario la técnica recomendada, el sector a que se asigna esa opción y estimación de tiempo para obtener resultados (Ventana de oportunidad).
Para terminar, se dispone de un espacio en el que realizar un croquis simplificado en el que podamos reflejar la zonificación, los sectores, riesgos importantes, emplazamiento de recursos, puesto de mando, punto de tránsito, puesto sanitario, punto de encuentro..., lo que viene llamándose ORDENES GRÁFICAS.
EJEMPLO:
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