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miércoles, 26 de junio de 2013

SELECCIÓN DE PERSONAL


Hace tiempo un amigo, oficial de bomberos veterano me dijo que el principal activo de un cuerpo de bomberos es su personal, entonces yo era bombero novel y no le entendí del todo. Han pasado veinte años, ahora soy oficial y lo entiendo perfectamente; a pesar de los avances tecnológicos, las mejoras en equipos, vehículos, comunicaciones,… el personal sigue siendo la pieza clave en este tipo de organizaciones.
Curso selectivo de Alto Mando en el FSC
También me contó que el bien más escaso es la capacidad o dotes de mando, solo un 10% del personal tiene lo que se necesita para ser potencialmente un buen mando y la cadena de mando es el principal condicionante en el desarrollo de un servicio de bomberos.
Prefiero una dotación bien formada y entrenada, dirigida por un mando competente aunque su equipamiento sea pobre y el camión se caiga a cachos, a una perfectamente equipada con un camión de última generación y que no sepan qué hacer con todo ello y a demás la dirija un incompetente”. “Puedo tener los mejores bomberos del mundo, si están dirigidos por unos mandos y organizados por unos jefes incapaces, la organización está avocada al colapso, inexorablemente”
Con todo ello, tengo la certeza de que en mi Servicio y la sensación de que en otros muchos en España, se descuida la selección y formación del futuro bombero, no digamos su posterior adiestramiento a lo largo de la vida profesional.

Pero si hablamos de la promoción de mandos y jefes, la situación es todavía más lamentable y las consecuencias más graves. De entrada las bases y criterios de promoción se negocian cada vez y siendo una cuestión exclusivamente técnica, se convierte en un mercadeo de intereses personales o colectivos; de esta forma las bases se convierten en la “primera piedra en las botas” del proceso.
La siguiente “piedra” va a ser el tribunal de selección, por lo general constituido por personas con poca motivación y que a demás en aras de una supuesta “limpieza” en el proceso muchos de ellos no pertenecen a la profesión y desconocen lo que es un bombero.
Ejercicio de liderazgo en curso de mando intermedio
Con estas dos piedras, una en cada bota, echa a andar el proceso, se pasa como se puede incluso a veces se denuncian fallos y ahí acaba la cosa, hasta el siguiente proceso en el que se continuará con la misma historia. En esta situación es fácil que individuos sin escrúpulos “enchufen” a los amigos para pagar o cobrar favores.
Los criterios y bases de selección y formación deben estudiarse y definirse fuera de cualquier proceso de selección, más bien en el marco de reglamentación del Servicio, por una comisión de profesionales independientes y con participación de diversas disciplinas (sicólogos, pedagogos, sociólogos, médicos, mandos de bomberos,…), dirigidas por oficiales de bomberos acreditados, incluso de diferentes servicios de bomberos. Estas bases deberán ser ratificadas al máximo nivel político y regir en un periodo de tiempo amplio, pero en su confección no tienen cabida políticos ni sindicatos.
En lo que respecta al tribunal tampoco se puede improvisar, debe formarse con profesionales de bomberos, si a caso asesorados por otros profesionales para temas concretos; y si se quiere velar por la pureza del proceso y que no se convierta en un cortijo de hijos, primos y sobrinos “del cuerpo”, se colocan observadores externos independientes e incluso los profesionales pueden proceder de otros servicios de bomberos. En cualquier caso existen muchas pruebas “necesarias” para la selección de bomberos y mandos que enfrentarán al aspirante contra el mismo, no se puede copiar porque van a evaluar las aptitudes, como no se puede copiar en las pruebas físicas y ya tampoco doparse.
CRITERIOS Y PRUEBAS DE ASCENSO
A la hora de confeccionar los criterios y bases para el ascenso, lo primero que necesitamos tener claro es ¿para qué queremos mandos en bomberos?, haber si va a resultar que lo único que necesitamos son muchos bomberos para “tirarle al siniestro” y unos cuantos “gestores de despacho” para comprar cosas.
La función del mando en bomberos presenta dos vertientes, la organizativa y la operativa; a medida que se asciende en el escalafón va pesando más la vertiente organizativa en detrimento de la operativa y eso debe reflejarse también en los diferentes procesos.
En cuanto a función organizativa nos referimos a todo lo que compete a la gestión: personal, compras, planificación, prevención, formación, entrenamiento, normativas…
Lo que englobamos en la vertiente operativa, son cuestiones directamente relacionadas con la intervención, la dirección y control de siniestros y todo lo que el siniestro conlleva: activación, resolución, investigación, informes, conclusiones…
Teniendo este primer punto claro ya sabemos que hay dos aspectos a valorar.
CONCURSO
Indudablemente, no solo por una cuestión de justicia, sino también por criterios totalmente razonables ha de existir una fase de méritos, empezando por los mínimos exigibles a cada categoría, especialmente pensando en aquellos países como España en los que no existe carrera profesional reglada, que sería lo ideal.
Si hablamos de experiencia en intervenciones, de ningún modo puede contar igual la antigüedad de quién se ha tirado años en un parque rural con400 intervenciones anuales, que el que ha estado la mitad de años en un parque urbano con 2.000; ha de promoverse como es lógico al que se lo “ha currado” más. En cualquier caso nunca se va a ser totalmente justo, pensemos que un bombero o un mando ha podido estar en muchas y muy importantes intervenciones y haberlo hecho rematadamente mal o no haber hecho nada, he conocido personajes que se han jubilado con 35 años de servicio y todos los honores y prácticamente no se han enterado de nada; por tanto el peso de esta valoración ha de tener un porcentaje razonable dependiendo de cada servicio y la forma en que se valore, eso sí marcando un mínimo de antigüedad o intervenciones por categoría, por debajo del cual no se pueda promocionar el aspirante.
Mas difícil es valorar los méritos en la gestión si la organización no tiene una estructura avanzada, pero algo se podrá hacer. Obviamente en los primeros escalones de promoción (cabo y sargento) no habrá normalmente mucha ocasión de valorar sus aportaciones en la gestión ya que no es su función principal, pero cada miembro operativo del Cuerpo de Bomberos debería tener un expediente personal en manos de sus superiores, en el que se reflejen estos aspectos, incluyendo expedientes, sanciones, premios, proyectos realizados, cursos recibidos e impartidos, unidades especiales, etc. Este expediente que tendrá un porcentaje pequeño en la puntuación del bombero o cabo, irá teniendo un peso mayor en las escalas superiores. Puede pensarse que de esta forma se incentiva el servilismo (peloteo), como cualquier sistema tiene sus pros y sus contras, pero difícilmente existe otra fórmula para poder valorar una trayectoria profesional que el expediente de servicio; en cualquier caso existen hechos constatables y objetivos y de todas formas será un elemento más a valorar en el conjunto del proceso.
Qué duda cabe que la valoración de esta experiencia es necesariamente un proceso laborioso si se quiere hacer bien, solo pueden llevarlo a cavo profesionales de bomberos de escala igual o superior a la implicada y está sujeta a cierta subjetividad por mucho que quieran aquilatarse los méritos, dada la gran variedad de posibilidades.
CONDICIÓN FÍSICA
Es un aspecto controvertido, es cuestionable la necesidad de someter al futuro mando a unas pruebas físicas. Sobre esto podemos establecer o dar respuesta a dos cuestiones, por una parte las condiciones fisiológicas y sicológicas, es decir que el aspirante no sufra patologías, fobias o cualquier tipo de merma que le impida realizar su labor operativa y por otra parte la condición física, no olvidemos que es una plaza de mando de bomberos, no para estar en un despacho; tendrá que acceder a lugares complicados, tener cierta resistencia al cansancio, poder soportar estrés, portar protección respiratoria y afrontar imprevistos que requieran una aceptable condición física. Puede pensarse que si ya es bomberos, o cabo, o sargento… se supone que reúne las condiciones más que suficientes para ejercer en la escala superior, en la que a demás la condición física es menos trascendente. Efectivamente, si en el servicio en cuestión existen reconocimientos periódicos y pruebas de aptitud o mantenimiento de las condiciones mínimas, esta fase sería innecesaria; lo que ocurre es que en muchos casos no es así y a demás no se realizan porque se crea otro problema ¿qué hacer con el que no pase las pruebas?, no solo no asciende sino que tampoco podría ejercer en su puesto. Tampoco tiene mucho sentido para la categoría de mando puntuar al que corra, levante pesas o nade más, o realice mejor un tendido, un cebado o un descenso, no es el objeto.
En resumen las pruebas físicas/sicológicas/fisiológicas, sólo son necesarias si en el servicio no existe un seguimiento de las condiciones del personal operativo, que sería lo fundamental a abordar.
PRUEBAS DE ASCENSO
Entramos en el meollo de la cuestión, como valorar la capacidad de mando y de gestión de un aspirante.
Obviamente hay que valorar los conocimientos, es lo más fácil y objetivo, mediante exámenes tipo test o desarrollo de temas, pero con esto solo evaluamos la capacidad de memorizar del aspirante, quedarnos en esto es una muy pobre selección, la memoria no es una de las principales cualidades del mando.
En servicios de bomberos como el NYFD realizan un test de 100 preguntas para evaluar las 9 cualidades mentales del futuro bombero, al que podemos añadir alguna más para completar las cualidades del mando.
Las diez cualidades del mando:
  • Memorización
    • Nos referimos a la capacidad del aspirante para durante un corto espacio de tiempo retenga en su mente una información que ha extraído de un escenario (imagen)
  • Visualización
    • Se trata de evaluar la capacidad del aspirante para imaginar un escenario o un desarrollo a partir de la composición realizada de diferentes parte del mismo.
  • Orientación
    • Es la facilidad para ubicarse el mismo o un objeto en un escenario propuesto, plano, mapa, croquis, etc. Mide la capacidad de orientación espacial.
  • Comprensión
    • Analiza la facilidad del aspirante para entender textos y comentarios en general, ya sean escritos o verbales.
  • Comunicación
    • Un mando a de tener capacidad de hacerse entender, poder plasmar lo que quiere que otros entiendan de forma clara y concisa.
  • Priorización
    • Debe poder discernir lo importante y lo superfluo de todo un conjunto de datos e información recibida, siendo capaz de ordenarlo según el objetivo perseguido.
  • Identificación
    • Deberá tener la suficiente sensibilidad para identificar de forma rápida y escondido en el entorno de una situación más compleja, donde está el problema.
  • Resistencia
    • Hablamos de resistencia a la fatiga, poder tomar decisiones y formular hipótesis bajo presión y cansancio físico.
  • Razonamiento deductivo
    • Junto con el razonamiento inductivo, va a medir la capacidad de evaluar la situación y construir un plan de respuesta. Es la capacidad para aplicar reglas generales a problemas específicos y llegar a una respuesta lógica.
  • Razonamiento inductivo
    • Es el proceso inverso, se trata de poder combinar piezas separadas de información para obtener reglas generales o conclusiones.
Con diferentes pruebas individuales podemos medir de una en una las diez cualidades del mando, pero existe una prueba que bien planteada y ejecutada nos permite evaluarlas todas, se trata del supuesto o ejercicio práctico.
Mucho éxito han tenido los supuestos prácticos, si bien yo he visto muchos, llamados supuestos prácticos, que han terminado siendo pruebas de conocimiento por incapacidad de los evaluadores para realizarlos correctamente.
En un supuesto práctico bien realizado se evalúa la capacidad para obtener y ordenar la información, memorizar rápidamente aspectos importantes descartando lo superfluo, demostrar orientación en el espacio y realizar razonamientos deductivos en inductivos en tiempo record, e incluso sometiendo al aspirante a una fatiga mental.
Supuesto práctico dinámico sobre maqueta
En definitiva el supuesto práctico dinámico, trata de poner al futuro mando en un escenario evolutivo lo más semejante posible a la realidad de una intervención, demandando de él una respuesta eficiente. Evidentemente para un mismo problema, en este caso, existen varias soluciones correctas, por eso no vale cualquiera para evaluar esta prueba.
Para categorías superiores a demás debería realizarse una prueba encaminada a evaluar su capacidad de gestión ordinaria, es decir la facilidad que tiene cada aspirante para poder desarrollar un trabajo organizativo dentro de un servicio de emergencia. Sería algo similar a la realización de una tesis a tiempo real; proponer a los aspirantes un trabajo encaminado a mejorar o modificar los aspectos de la organización, evaluando su creatividad y su conocimiento de la realidad de la emergencia y del servicio.


Así pues la evaluación de las capacidades del mando se realizaría en tres pruebas:
  1. Conocimientos teóricos
  2. Evaluación de capacidades
  3. Supuesto práctico dinámico
CURSO SELECTIVO
Pocas veces he visto que un curso selectivo sea realmente selectivo, si acaso sirve para modificar un poco el orden de los aspirantes, a veces incluso no aportan demasiados conocimientos y frecuentemente han hecho la vista gorda si alguno ha suspendido. Básicamente esto enlaza con la falta de carrera profesional que existe en muchos países, obviamente de existir una carrera en la que los alumnos se viesen sometidos a lo largo de toda una vida profesional a la exigencia de una formación reglada, simplificaría mucho el proceso. Simplemente se promocionaría para acceder al curso de mando que corresponda.
En ausencia de esta formación reglada, tenemos que recurrir a cursos de capacitación que sería prolijo desarrollar en este artículo, especialmente si hablamos de las categorías superiores equivalentes a titulaciones universitarias y que dependiendo de los países requiere un ascenso por el escalafón como en Inglaterra, la titulación previa de Ingeniería del Fuego como en Suecia, la doble vía interna y externa o una titulación cualquiera (según interese en muchos casos) como en España.

En resumen, es necesario prestar mucha atención y dedicar todos los esfuerzos que sea necesario, en la selección del personal idóneo en cada caso, en esta tarea está en juego el futuro de la organización y los errores cometidos en estos procesos, a demás de causar mucho daño, son muy difíciles y lentos de corregir.



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